Impigement de hombro
El impingement de hombro, también conocido como síndrome subacromial, se trata de una compresión de estructuras blandas
que se produce cuando el hombro realiza determinados movimientos. Estas partes blandas son los tendones del maguito rotador, la fascia y la bursa subacromial, que pueden verse oprimidas contra el arco acromial, provocando dolor y limitación funcional.

- Grado I: es la más leve, aguda y tiene un buen pronóstico realizando tratamiento conservador. Se da fundamentalmente en jóvenes deportistas, y suelen presentar dolor en cara anterior y lateral del hombro, edema, y en ocasiones hemorragia. Es el tendón supraespinoso el afectado con mayor frecuencia, aunque puede observarse tendinopatía en varios tendones.
- Grado II: se da en personas más mayores y suele estar relacionado con sobre solicitación durante la actividad profesional o deportiva. Hay inflamación, engrosamiento y fibrosis de tendones y bursa, crepitaciones, e incluso puede llegar a evidenciarse microrroturas, provocando todo ello cierta limitación de la movilidad. El paciente refiere sobre todo dolor nocturno y cuando realiza movimientos de elevación y abducción del hombro. Las lesiones de este grado también tienen buen pronóstico con tratamiento conservador en la mayoría de los casos.
- Grado III: es el más grave. Hay un deterioro notable del tendón, el paciente presenta incapacidad funcional progresiva, y hay roturas totales o parciales del tendón. En principio el tratamiento es quirúrgico, y después requerirá de rehabilitación para poder recuperar la buena funcionalidad de su brazo.
Las principales causas de tendinopatías del manguito rotador son:
- Movimientos repetidos y mantenidos en el tiempo.
- Postura incorrecta de los hombros.
- Disminución del espacio subacromial.
- Alteraciones de la estabilidad articular
- Cambios quísticos, presencia de osteofitos, calcificaciones tendinosas.
- Enfermedades sistémicas como la artritis
- Traumas, como caídas sobre el hombro.
- Roturas agudas producidas al levantar una carga pesada.
La sintomatología
en las lesiones agudas es el dolor intenso, agudo y persistente con incapacidad funcional. En las lesiones crónicas, fundamentalmente se percibe dolor sordo e insidioso, que va aumentando en intensidad y duración conforme avanza la patología,
debilidad o impotencia para abducir o flexionar el hombro.
En cuanto al diagnóstico, se realiza basándose en:
- Anamnesis, donde realizamos una entrevista con el paciente para preguntarle acerca de su historia de dolor actual, actividad laboral, deportiva, enfermedades previas, antecedente de interés, etc.
- Inspección, donde valoramos si existe atrofia muscular del supraespinoso, infraespinoso y deltoides, lo cual es bastante común en tendinosis avanzadas, así como la postura general del paciente.
- Valoración del dolor a la palpación, localizado fundamentalmente a la altura del acromion anterior y del troquiter en su cara anterior.
- La realización de pruebas y maniobras de valoración, como la del impingement de Neer, signo de Hawkins, maniobra de Patte y la de Jobe, entre otras.
- Examen ecográfico.
Es importante tener un buen diagnóstico diferencial, ya que no todos los dolores del hombro son debidos a una patología del manguito rotador y hay bastantes patologías que pueden dar una sintomatología muy parecida, como por ejemplo: la tendinitis bicipital, el hombro congelado, radiculopatía cervical, neuropatía del supraescapular, lesiones del labrum, reumatismos, etc.
El tratamiento consiste básicamente en actuar sobre la causa de la inflamación, evitando en la medida de lo posible todos los movimientos o posturas incorrectas que inflamen o lesionen el tendón del manguito rotador, además, trataremos el dolor y recomendamos al paciente que ejercicios de estiramiento como de potenciación muscular, de forma siempre indolora, para mejorar el rango de movilidad articular y evitar la pérdida del balance muscular. Cuanto más precoz sea el diagnóstico y tratamiento mejor será el pronóstico.
En casos más graves, como una rotura traumática del tendón en una persona joven y activa, en pacientes con una importante incapacidad funcional o tras el fracaso del tratamiento conservador después de 4-6 meses de evolución, se deriva a traumatología.
En Clínica Óseo logramos buenos resultados con nuestros tratamientos para este tipo de patología, basados en la integración de terapia manual y diatérmica. Hemos comprobado los diversos beneficios que aporta combinar la diatermia con la terapia manual y por ello nuestra estrategia terapéutica aúna técnicas manuales con la aplicación de esta electroterapia.
Con la diatermia se consigue reducir el tiempo de recuperación en cualquiera de las etapas de evolución, y en todas ellas aporta diferentes beneficios según la fase en la que se encuentre el paciente:
- En fases agudas, ayuda a disminuir la inflamación y el dolor con sensaciones térmicas muy suaves, incluso atérmicas.
- En fases más avanzadas o crónicas, donde la musculatura del brazo, pecho y cintura escapular está hipertónica o acortada, relaja la musculatura y rebaja el tono muscular para una mejor función y atenuar la incapacidad funcional y el dolor cronificado.
- Y en fases postquirúrgicas, ayuda a acelerar el proceso de regeneración tisular, disminuir la inflamación y el dolor, y evitar en la medida de lo posible secuelas relacionadas con la intervención quirúrgica, como adherencias, disfunciones vasculares o nerviosas, etc.
En Clínica Óseo somos especialistas en Rehabilitación y fisioterapia manual ortopédica y traumatológica. Si quieres asesoramiento contacta con nosotros. Tlfn. 610437635








