El lipedema es una alteración de la distribución del tejido graso de carácter crónico, casi exclusiva del sexo femenino, y se localiza sobre todo en miembros inferiores de forma bilateral y simétrica, afectando a caderas, muslos, rodillas y piernas, pero no a los pies, aunque en los casos más avanzados pueden verse afectados también los miembros superiores. Mal conocida, infradiagnosticada y frecuentemente confundida con las lipodistrofias o la obesidad.
Debe diferenciarse del sobrepeso y obesidad, aunque puede asociarse a ella. Los depósitos grasos del lipedema responden escasamente a los regímenes dietéticos y también puede observarse en mujeres sin sobrepeso.
También debe diferenciarse del linfedema, patología con la cual es muchas veces confundido y de la “celulitis” o si bien puede asociarse.
Las pacientes con lipedema presentan diferentes signos y síntomas, como el dolor y pesadez de las extremidades inferiores, sensibilidad al presionar y facilidad para los hematomas. Generalmente encontramos desproporción en los cuerpos con una mitad superior más delgada y la mitad inferior con mayor volumen. Es imprescindible que se realice un adecuado diagnóstico y destacar que no siempre existe un empeoramiento del lipedema salvo que coexistan factores agravantes.
El sobrepeso y obesidad se encuentran frecuentemente asociados al lipedema y constituyen un factor agravante que empeora la movilidad, favorece complicaciones osteoarticulares y afecta la calidad de vida y la autoestima. Las pacientes con lipedema que se mantienen en normopeso y realizan habitualmente actividad física tienen menos síntomas, mejor capacidad funcional y menos complicaciones que quienes no lo hacen.
El uso de medias de compresión y técnicas de drenaje linfático manual sólo se prescriben para la mejoría del dolor o si existe edema asociado por procesos de insuficiencia venosa o linfática, pero nunca reducirán el volumen ni la grasa de las extremidades.
Los mejores resultados para la reducción del volumen de grasa localizada se obtienen con técnicas de liposucción específicas para el lipedema.
Actualmente el tratamiento más efectivo para reducir el lipedema es el quirúrgico, realizando una liposucción específica para el lipedema. En este proceso la actuación del cirujano junto con el tratamiento fisioterápico es fundamental para mejores resultados PRE y POST cirugía.
Cada caso es particular, teniendo en cuenta cuántas intervenciones se van a realizar, el tiempo entre ellas, zona del cuerpo por la que se comenzará y la propia paciente.
La evaluación previa a la cirugía nos va a dar mucha de esta información, siendo en algunos casos recomendable según la opinión del cirujano sesiones PRE y alrededor de 10 sesiones POST cirugía.
Desde la fisioterapia los objetivos de tratamiento son en función a distintos factores relacionados con la propia intervención (tiempo de cirugía, grasa extirpada, complicaciones en quirófano, entre otros). Realizaremos el tratamiento a través de drenaje linfático para ayudar a reducir edema de la operación, mejorar los procesos de cicatrización y permitir una recuperación más rápida y con menor dolor para la paciente.